Gran parte de las patologías de la cavidad bucal son debidas a microorganismos. En nuestra boca conviven numerosas bacterias, muchas de ellas beneficiosas y que nos ayudan a combatir bacterias que nos pueden perjudicar. Es por ello que el uso de la ozonoterapia, los aceites ozonizados y sus formulaciones derivadas pueden ser un herramientas formidables en el cuidado de nuestra salud bucal y la regulación de nuestra flora bacteriana.
Las propiedades antimicrobianas y cicatrizantes del ozono se usan actualmente para el tratamiento de las infecciones dentales asociadas a la enfermedad periodontal, para el control de la placa bacteriana, en el tratamiento de la gingivitis, las aftas, el herpes labial, la candidiasis oral o la queilitis angular (úlceras bucales).
Existen muchas otras aplicaciones en odontología con equipos de ozonoterapia: como coadyuvantes en el tratamiento tras extracciones dentales (ya que permiten acelerar el proceso de cicatrización), en el tratamiento de la recesión gingival, la remineralización de la superficie dental, el blanqueamiento dental, la sensibilidad dental, la prevención de caries.
Y por último, pero no por ello menos importante, está la posibilidad de la formulación con aceites ozonizados en forma de gel para su uso como dentífrico, que nos permite llevar la higiene diaria a otro nivel, permitiendo incluso reducir la desmineralización del esmalte alrededor del aparato de ortodoncia durante el período de su utilización.